- Loida Gonzalez
ESTUDIO BÍBLICO DE LA PRIMERA EPISTOLA DEL APOSTOL JUAN: CRISTIANOS VERDADEROS
TEXTO ÁUREO: “Lo que hemos visto y oído esto os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo”. 1 Juan 1: 3
INTRODUCCIÓN:
Cuántos poseen un álbum de fotografías de la familia? Cuántos han sentido la alegría de ver cómo los miembros de la familia se parecen unos a otros? Han visto la encantadora sonrisa de un padre que ve el enorme parecido que sus hijos tienen con él? Con cuánto orgullo escucha decir estas palabras: “Tu hijo se parece mucho a ti”. La Primera epístola de Juan es como un álbum de fotografías, (William MacDonald). Así como los hijos se parecen a los padres, los hijos de Dios, los que por la fe en Jesucristo han nacido de nuevo, exhiben el parecido con su Padre Celestial de formas muy concretas: reconocen a Jesús como su Señor y Salvador, aman a Dios, aman a los hijos de Dios, obedecen sus mandamientos y no persisten en pecar.
Primera de Juan se diferencia de otras cartas en que no identifica al autor, no hace mención del remitente ni del destinatario. Es indudable que se conocían bien. Una evidencia de la autoría de Juan y de sus conocidos destinatarios es el testimonio temprano de los padres de la iglesia: Ireneo, Clemente de Alejandría, Tertuliano, Orígenes y su discípulo Dionisio. Por los primeros cuatro versículos sabemos que el autor conoció a Cristo y paso tiempo con él. Esto limita la posibilidad a que surja otro posible autor y coincide con la tradición que le corresponde al Apóstol Juan. El pensamiento y vocabulario de la carta, (permanecer, luz, verbo, vida eterna, quitar los pecados, pasar de muerte a vida, Salvador del mundo y otras), coinciden con el cuarto Evangelio y con las cartas del Apóstol Juan.
Algunos creen que la carta fue escrita en la década de los sesenta, desde Jerusalén, antes que los romanos destruyesen la ciudad, pero es comúnmente aceptado que se escribió en una fecha posterior, (80-95 dC.). El tono paternal de sus epístolas concuerda con el anciano Apóstol, llevado ante la congregación diciendo: “Hijitos, amaos unos a otros”.
Para el tiempo en que Juan escribía, había surgido una secta falsa que se conoció como Gnosticismo, (gr. “gnosis”, conocimiento). Estos gnósticos profesaban ser cristianos, pero pretendían tener un conocimiento adicional, superior al que enseñaban los apóstoles. Pretendían que nadie podía quedar plenamente realizado hasta que hubiese iniciado en sus “más profundas verdades”. Enseñaban que la materia era mala y que por ello el Hombre Jesús no podía ser Dios. Hacían una distinción entre Jesús y el Cristo. Para ellos, Cristo era una emanación divina que vino sobre Jesús durante su bautismo, en fin una doctrina torcida la cual no correspondía a las verdades del evangelio.
Propósitos del Apóstol al escribir 1 de Juan.
1. Definir los fundamentos de la fe.
2. Describir los deberes y privilegios de los creyentes.
3. Suministrar evidencias de una verdadera vida espiritual y dar reglas básicas del discernimiento.
4. Proporcionar normas útiles para la evaluación de candidatos a miembros de la iglesia.
5. Mostrar el único fundamento que sirve de guía a los cristiano.
6. Establecer el principio de que juntamente con la fe doctrinal deben requerirse ciertas evidencias de vida espiritual, carácter y fruto en la evaluación de los creyentes.
EL CONTENIDO ÚNICO DE LA PRIMERA CARTA DE JUAN. En las Epístolas de Juan existe el problema que aparentan contener pensamientos disgregados, obvios y casi simples. Se tiene la impresión que Juan divaga y se repite a sí mismo de la manera que lo hace un anciano. A menudo parecería que Juan se está dirigiendo a niños pequeños, pero no es así. La clave para apreciar la Epístolas de Juan es percibir que a pesar de todo lo anteriormente expresado, estas epístolas son: 1) Cuidadosamente ordenadas y razonadas con mucha precisión; 2) Llenas de un contenido espiritual profundo que solamente se encuentra en ellas. 3) Sumamente relevantes para las situaciones más peligrosas que confrontan las iglesias hoy en día. Esa simple frase, salida de los labios de un cristiano, es virtualmente una confesión de fe en todas las doctrinas del Evangelio. Es de suma importancia que reconozcamos el gran significado en la manera en que Juan usa las palabras. Si no lo hacemos así estaremos a la merced de los comentarios liberales y neo-evangélicos cuando analicemos 1 Juan 4 y 2 Juan. Por lo tanto, el grandioso significado del enfoque del apóstol consiste en que siempre que se refiere a la encarnación de Cristo, se refiere a la venida de la Misma Palabra, infalible, eterna, inalterable. Por lo tanto (de conformidad a la norma de Juan) quienquiera que confiese que Cristo se ha encarnado será alguien que crea cada palabra suya y cada obra suya, ya que El es la Verdad Eterna. LAS CINCO EVIDENCIAS DE VIDA ESPIRITUAL Después de su grandioso enunciado acerca de Cristo, la primera sección de la epístola proporciona cinco evidencias ciertas de una verdadera vida espiritual (en los individuos): 1) Una conciencia sensible a la santidad. 2) Un absoluto sometimiento a la autoridad de la Palabra inspirada por Dios. 3) Un profundo vínculo de comunión espiritual con sus hermanos en la fe. 4) Separación de las cosas del mundo. 5) Un entendimiento claro e instintivo de las doctrinas evangélicas acerca de la salvación del alma, lo esencial de la fe, aunado a una profunda lealtad a esas doctrinas y voluntad para defenderlas. TRANSFORMACIÓN ESENCIAL
Este era el punto de partida de los buenos predicadores de aquellos días; ponían gran énfasis en la majestad y pureza de Dios, y en la terrible condición de hombres y mujeres en medio de su pecado y su separación de Dios. La mención de la santidad y sublime luz de Dios naturalmente apuntan a la condición del hombre perdida y en tinieblas - y estas doctrinas constituyen el inicio del resumen del Evangelio del apóstol. No se le puede dar crédito a ninguno que afirme ser religioso mientras su carácter permanezca siendo el mismo o sus gustos sigan siendo mundanos. La comunión con Dios se basa primeramente en haber renunciado y haberse arrepentido del pecado y del mundo (y esto es válido no solamente para los judíos del primer siglo, sino también para los "cristianos" estilo pop del momento actual. ¿POR QUÉ TAN BÁSICO? La importancia clave de la convicción de pecado aunada al arrepentimiento verdadero es enfatizada en los versículos 8-10. Sin arrepentimiento no puede haber salvación ni conversión. El cristianismo verdadero consiste en ser reconciliados con un Dios santo por medio de la muerte redentora de Cristo, encontrando dicha reconciliación a través de un arrepentimiento sincero y profundo.
I. SEAMOS GENUINOS!
A. ESTA VIDA SE REVELA: 1 Juan 1: 1. Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida”. Dios se ha revelado al hombre en la creación, (Ro. 1: 20). También se ha revelado de forma mucho más plena en su Palabra. Pero la revelación definitiva más completa de Dios está en su Hijo Jesucristo. Jesús dijo: “El que me ha visto a mi ha visto al Padre”. Juan 14: 9. Por el hecho de que Jesús es la revelación de Dios mismo tiene un nombre muy especial: El Verbo de vida. Este mismo título es el que inicia el Evangelio de Juan. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios. Juan 1: 1. Por que Jesucristo tiene ese nombre? Porque Cristo es a nosotros lo que nuestras palabras, (verbos, en griego “logos”) son a los demás. Nuestras palabras, (verbos) revelan quiénes somos y la forma en que pensamos. Cristo nos revela la mente y el corazón de Dios. Es el medio de comunicación viviente entre Dios y los hombres. Conocer a Jesucristo es conocer a Dios.
B. ESTA VIDA SE EXPERIMENTA. 1 Juan 1: 2. “Porque la vida fue manifestada y la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó”. La experiencia de Juan no vino de segunda mano, no! El encuentro de Juan con Jesús fue cara a cara durante todo el ministerio del Maestro. El y los demás lo veían cada día hablando, enseñando, compartiendo, inclusive tocaron su cuerpo, vieron que era real, comía con ellos, caminaba, se cansaba, se entristecía y se gozaba. Pero no fue la cercanía física que Juan y los demás apóstoles tuvieron con Jesucristo lo que los convirtió en lo que fueron. Fue la cercanía espiritual. Ellos creyeron en él, se consagraron a él y lo recibieron como su Señor y Salvador. Jesucristo fue real y emocionante para ellos y habían experimentado la vida eterna. Ellos “nacieron de nuevo”, ellos eran salvos.
C. ESTA VIDA SE COMPARTE. 1 Juan 1: 3, 4. Lo que hemos visto y oído, esto os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos para que vuestro gozo sea cumplido”. Una vez que el creyente experimenta esta vida verdadera, emocionante y eterna, la comparte con otras personas, así como Juan lo hizo en el primer siglo. Muchos creen que testificar de Cristo es disputar en cuanto a creencias religiosas o a comparar iglesias. No, eso no es lo que Juan tenía en mente, sino que debemos compartir nuestras experiencias espirituales. Veamos cuales eran los propósitos de Pablo al compartir sus experiencias con Cristo.
_Para que tengamos comunión. V. 3. Comunión significa “tener en común”. En su condición de pecadores, el hombre no tiene nada en común con un Dios santo. Pero Dios, en su gracia, envió a Cristo para tener algo en común con los hombres. Fue a la cruz y llevo sobre su cuerpo los pecados del mundo, (1Pedro 2: 24). Puesto que él pagó el precio por nuestros pecados, el camino está abierto para que Dios nos perdone y nos introduzca en su familia. Al confiar en Cristo, nos convertimos en “participantes de la naturaleza divina”, (2Pedro 1: 4). El término que se traduce como “participantes” en la epístola de Pedro proviene de la misma raíz griega de la palabra traducida “comunión” en 1 Juan 1: 3. Qué milagro tan asombroso! Jesucristo tomó la naturaleza del hombre para que nosotros, por medio de la fe en él, pudiésemos recibir la naturaleza divina de Dios.
_Para que tengamos gozo. V. 4. La comunión con Dios es la respuesta de Cristo a la soledad de la vida. El gozo es la respuesta a una vida vacía y superficial. En esta epístola Juan utiliza sólo una vez la palabra gozo, pero la idea del gozo se extiende a lo largo de toda su carta. El gozo no es algo que ideamos para nosotros mismos sino que es el magnífico resultado de la comunión con Dios. El salmista David conocía el gozo que menciona Juan. El dijo:”En tu presencia hay plenitud de gozo”. Salmo 116: 11. La vida verdadera es la que produce el gozo verdadero y este lo da Jesús, quien dijo la noche antes de ser crucificado: “Nadie os quitará vuestro gozo” Juan 16: 22. Y también “Estas cosas os he hablado para que mi gozo este en vosotros y vuestro gozo sea cumplido”. Juan 15: 11.
_Para que no pequemos. 1 Juan 1: 3-9 y 2: 1. Juan encara el problema del pecado, (v. 3-9) Y anuncia cual es la única respuesta a este enigma: la persona y obra de Jesucristo. Cristo no solo murió por nosotros para llevar la pena de nuestros pecados. Sino que resucitó de los muertos para interceder por nosotros ante el trono de Dios. “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo, el justo”. 1 Juan 2: 1. Cristo es nuestro representante. El nos defiende ante Dios. Satanás puede levantarse como el acusador de nuestros hermanos, (Zacarías 3; Apocalipsis 12: 10. Pero Cristo se levanta como nuestro abogado. Él apela a nuestro favor. La respuesta de Dios a nuestra pecaminosidad es el perdón continuo.
Continuará la próxima semana.
Breves conclusiones. Cuando una persona es nacida de nuevo por la fe en Cristo, el Espíritu Santo de Dios entra en su vida para vivir allí para siempre. El Espíritu Santo puede controlar su mente, corazón y voluntad en la medida que la persona tenga comunión con Dios a través de la lectura de la Biblia y la oración. Qué sucede entonces?
_Una mente controlada por el Espíritu Santo sabe y entiende la verdad.
_Un corazón controlado por el Espíritu Santo siente amor.
_Una voluntad controlada por el Espíritu Santo conduce a la obediencia.
Loida J. González.
Bibliografía:
Santa Biblia Reina Valera, 1960, Editorial Holman Publishers, 1992.
Comentario Ilustrado de la Biblia, Earl D. Radmacher y otros, Editorial Caribe, 2003.
Genuinos en Cristo, Warren W. Wiersbe, Editorial Bautista Independiente, 1984.